¡Y me dio Covid!
Como sabes estuve desaparecida por 15 días. Ni te imaginas lo que eso significa para mí, pero te lo voy a contar.
Toda la vida he gozado de una excelente salud, para mí faltar o dejar de hacer cosas por estar con malestares físicos, jamás me había ocurrido y juzgaba durísimo a quienes andan todo el tiempo con achaques.
Lo cierto es que como dijo Mario Benedetti, “cuando creía tener las respuestas, me cambiaron las preguntas”. Ha sido una experiencia rara, pero en extremo expansiva.
Tenía rato sintiendo molestias, más emocionales que físicas. Mi mente a millón por hora queriendo controlar lo incontrolable y queriendo abarcar más allá de lo que por el fluir natural de la vida me correspondía.
Pero ¿qué crees? Sí, así mismo… ignoré a los susurros de mi sabio cuerpo y juro que no lo hice conscientemente, ni me di cuenta. Cada una de las señales las pude reconocer desde la cama de un hospital, completamente aislada y en la quietud. Suena tenebroso, pero no lo fue. Lo que a simple vista parece un caos, en realidad se trató de una gran oportunidad para acceder al espacio de las posibilidades infinitas.
Me sentía tan cansada que ni pensar podía. Cada toma de consciencia llegó solita porque mi mente literalmente estaba en blanco. Sin culpas, sin resentimientos, sin hubieras, sin quizás…¡Algo muy loco y desconocido para mí!
Entré por primera vez en mis casi 53 años en un espacio desconocido, donde no habían preguntas, ni respuestas, donde reinaba la calma. Descansé, solté, liberé y me rendí ante el fluir de la vida. Si algo puedo describir que sentí fue confianza y paz. Estaba segura que todo era perfecto.
Confirmé muchos de mis estudios en neurociencias y física cuántica. “No necesitas buscar ni hacer, solo sintonizar en la frecuencia correcta”.
Todas las personas que tuvieron contacto conmigo en el hospital fueron extremadamente amables, desde el camillero hasta el médico. Interesante esta experiencia porque mi doctor me hablaba como si me conociera de años, con una mente abierta y hasta divertido, me hizo reír un par de veces a pesar de la falta de fuerzas físicas.
Otra cosa interesante que me pasó fue que hubo gente a la que amo profundamente, pero con la cual no llevo un contacto digamos que muy frecuente, de la nada me contactaba para saludarme, enviarme algún chiste y hasta decirme lo importante que yo era para ellos. A la mayoría no les mencioné que estaba en el hospital, se enteraron hace 2 días que me tomé el tiempo de llamarles para contarles. Estuve sostenida por el amor incondicional de quienes solo estaban siguiendo la energía y las instrucciones del poder superior. Lo que necesitas, llega.
Los valores clínicos cada día estaban mejor, en verdad nunca estuve grave ni en peligro de muerte, fue tal vez la forma en la que mi parte más sabia encontró para hacerme parar y darme tiempo. Fue un completo “reseteo”, fue poder poner en práctica herramientas como: el silencio, la respiración consciente, las afirmaciones, las meditaciones, la oración, la autoindagación, la confianza y el fluir con la vida.
Son de esas experiencias dramáticas que tu consciencia elige y que no sabes exactamente ¿para qué? Solo sabes que aunque no lo comprendas desde la mente analítica, es para tu máximo beneficio y el de todos los involucrados. El mensaje se te revelará en el momento perfecto.
¡Gracias vida! Estoy lista para disfrutarte cada día más.
¿Cómo puede mejorar esto?
