El cuerpo grita lo que la boca calla

Una herramienta muy poderosa con la que contamos y que por cierto muchos ignoran es EL CUERPO. Es nuestra brújula para guiarnos ante la vida, sin embargo, ya sea por desconocimiento o por estupidez no hacemos uso de ella.
El cuerpo nos susurra suavemente a cada momento, pero cuando lo ignoramos de manera continua, va subiendo el tono hasta que llega el momento en que literalmente nos grita. Obsérvalo y podrás comprender su lenguaje. Responde a nuestros pensamientos, pero también responde a nuestra intuición. Esas veces en las que se te agita el corazón o se te aprieta el pecho sin explicación aparente cuando llegas a un sitio o te encuentras con alguien. Haz silencio y observa.
Ese mal humor que aparece de repente al tener que visitar a quien no quieres o ese dolor de garganta que llega de la nada cuando te estás tragando tus palabras. No es casualidad. Tu cuerpo te habla.
¿No me crees? ¡Cállate y escucha lo que tu cuerpo tiene que decir! Solo cuando lo descubras empezarás a sanar. Dile que lo amas.
Un ejercicio que practico bastante a menudo es recorrer mi cuerpo con mi atención y a cada órgano le voy dando gracias.
Pies – gracias
Dedos de los pies – gracias
Tobillos – gracias
Piernas – gracias
Genitales – gracias
Sistema reproductor – gacias
Y así sucesivamente hasta llegar a la cabeza. Si durante el recorrido encuentras algún punto donde haya dolor, molestia o pesadez, quédate ahí un rato respirando profundamente y repitiendo gracias.
Convierte de ésta, una práctica regular y verás que pronto estarás comprendiendo mejor el lenguaje de tu cuerpo y te comunicarás fluídamente con él.
¿Qué más es posible?
¡Ámate! Deja las excusas.