El que procrastina de manera continua es un individuo que en lo más profundo de su ser, siente miedo. Hace algún tiempo en una clase sobre biodescodificación de las emociones escuché que procrastinar es una cara más del miedo. ¿Y miedo a qué? La respuesta es única, miedo a “no ser suficiente”.
“La procrastinación no es un defecto del carácter o una maldición misteriosa que ha caído en tu habilidad para administrar el tiempo, sino una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimo negativos generados por ciertas tareas: aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, resentimiento y más”.
Sabemos lo que corresponde hacer, estamos claros de cuál es el paso que sigue, pero no lo damos. Inventamos excusas, encontramos algo que hacer, intentamos a toda costa evadir el momento de avanzar.
Excusas, frases o justificaciones de ¿por qué no lo haces?
Las excusas suenan familiares:
- “Puedo hacerlo más tarde.”
- “Estoy ocupado en este momento.”
- “No tengo ganas.”
- “No puedo hacerlo.”
- “No cuento con los recursos necesarios.”
- “No tengo suficiente tiempo.”
- “No sé si valdrá la pena.”
Estas excusas pueden ser apenas la superficie. A menudo, existe un motivo más irracional y subconsciente que nos lleva a procrastinar.
Tal vez tu parte más sabia te está protegiendo. ¿Protegiendo de qué? Puedes estar preguntando.
Protegiéndote de crecer.
Protegiéndote de ser exitoso.
Protegiéndote de moverte.
Protegiéndote de tener más dinero.
Protegiéndote de ser diferente.
¡Eso no tiene sentido! Pues sí que lo tiene cuando analizas que si creces, eres exitoso, te mueves, ganas más dinero y eres diferente, seguro te alejará de lo que has definido y establecido como orden, eso que te hace miembro de un grupo, comunidad o familia. Y ¿qué pasaría contigo si ya no eres tú?
Por increíble que parezca, a veces preferimos vivir en una “incómoda seguridad” que aventurarnos a probar la felicidad, expansión, riqueza o salud.
Procrastinar es una elección que se produce en tu mente inconsciente y muchas veces proviene de la orden del inconsciente familiar a mantenerte dentro del clan siendo uno más de la familia, perpetuando conductas, enfermedades y malestares. No es ciencia ficción. Observa a tu familia y pon atención a lo que dicen, piensan o hacen con los que actúan diferente.
¡Deja de procrastinar tu curación!
¡Elige hacerlo diferente!
