Hay experiencias que tú eliges y hay experiencias que te eligen a ti, eso fue lo que ocurrió en mi viaje por el Camino de Santiago. Nunca fue algo que yo hubiese planeado o deseado, fue algo que llegó fácil y a lo que dije SÍ…. ¿Sabes qué? ¡No me arrepiento! Hoy te comparto las cosas que agradecer en mi viaje por el Camino de Santiago.
Por más que te lo explique, no lo vas a entender. ¿Qué es el Camino de Santiago? ¿Qué significa el Camino de Santiago? ¿Cuánto dura el Camino de Santiago? Hay la misma cantidad de respuestas que personas haciéndolo porque el significado lo otorga quien camina.
Te comparto mi lista de cosas que agradecer en mi viaje por el Camino de Santiago
Fotografía: Yonel Martínez
10 Cosas que Agradecer en mi Viaje por el Camino de Santiago
- A mí misma por haber estado dispuesta a vivir esta experiencia, sin expectativas y abierta a que se mostrara lo que se tuviera que mostrar.
- Por mi cuerpo hermoso que me mostró lo poderoso que es y su capacidad de autorregularse cuando es necesario. Ahora la comunicación entre nosotros es mucho más clara.
- A los caminos (Francés, Del Norte y Primitivo) cada uno tan distinto. Todos me llevaron al borde de mis límites. Me bajaron del trono y a la vez me llevaron a la gloria. Muchas anécdotas que les iré contando de a poquito.
- A Yonel, mi compinche tan paciente, muy creativo, amable y solidario. Por las veces que me echó porras para que yo no claudicara, por el millón de fotos profesionales que me tomó, por sus ocurrencias que me hicieron reír a carcajadas y por las conversaciones profundas de consciencia. Definitivamente un gran regalo para mí.
- Por todas las personas que coincidieron conmigo y me regalaron sonrisas y “buen camino”, por aquellos que sin saberlo me inspiraron a continuar, agradecer y celebrar la vida.
- Por cada albergue, hotel, casa de hospedaje que fueron mi refugio en las 20 noches (cada día, un sitio diferente).
- Por los paisajes espectaculares que extasiaron mis sentidos y me recordaron lo pequeña que soy ante la magnificencia del Universo, y que a la vez me recordaron que soy una con el todo.
- Por cada bocado de comida, por todo el pan que comí y que yo había satanizado, pero que ahora sé que no era el causante de mis inflamaciones, por el vino que tomé y no me embriagó, por la toma de consciencia de que YO SOY LA CAUSA Y EL EFECTO.
- Por mis hijas hermosas que TODOS los días me acompañaron espiritualmente en la travesía y donde practicamos juntas el arte de “dejar ser”. Gracias.
- Y a mis zapatillas. Ellas fueron mis compañeras fieles. Recuerdo que las compré por consejo de mi coach cuando inicié a entrenarme con él y me parecieron carísimas. Hoy honestamente pienso que fueron baratísimas por TODO LO BIEN QUE ME TRATARON, sin magulladuras, sin caídas, siempre firmes y cómodas.
Encontré magnificencia en lo simple, amor en desconocidos y una yo que jamás sospecharía que existía. Encontré VIDA.
Fotografía: Yonel Martínez
¿Que si lo volvería a hacer? La respuesta es un rotundo SÍ. ¿Te gustaría venir conmigo?