¿Te parece caro?
Caro o barato es solo un punto de vista
Cuando consideras que un artículo o servicio es “caro” en el fondo lo que estás diciendo es que no puedes encontrar el valor. Y ese valor tiene que ver con tus creencias y experiencias del pasado, no con el objeto.
Te voy a dar un ejemplo.
Tu hermano compra una camiseta de su equipo favorito de fútbol y paga 150 euros.
Cuando ves la camiseta puede que reconozcas que el material es de buena calidad y que el diseño es lindo, pero te parece cara. No tiene nada que ver con que tengas el dinero o no para comprarla, lo que pasa es que no puedes comprender ¿para qué tener esa camiseta cuando por el mismo dinero puedes comprar 2 o 3 tal vez hasta más bonitas? Todo esto visto a través de tu punto de vista.
El valor que encontramos a las cosas se asocia de manera directa a la emoción que “eso” activa en nosotros. Para tu hermano la camiseta le da sentido de pertenencia, de comunidad, de triunfo, de gozo y de disfrute. Para ti, que no eres fanática del fútbol, es solo una camiseta más y no activa nada. Entonces no le encuentras valor.
Veamos otro ejemplo.
Vas a una agencia para comprar un auto, te muestran todas las versiones del carro que te gusta y te encanta la versión de lujo, esa que tiene todas las extras y cosas que para ti son símbolos de status, comodidad, expansión y placer, pero tú aunque tienes el dinero para comprarlo, provienes de una familia de clase media y piensas que comprar algo así es innecesario.
Tal vez detrás haya la creencia de que no eres rico o no mereces tener algo así. Te asaltan las creencias y comienzas a tener esos pensamientos que te dan mil y una razones de por qué no.
Al final no lo compras porque te pareció caro.
¿Qué crees que pasará con el carro que compraste? Nunca terminará de fascinarte porque en realidad ese no era el que querías, pero no te creíste suficiente para comprar el que sí te gustaba. Otra vez, falta de valoración, pero ahora no fue por el artículo sino por ti mismo.
Un tercer ejemplo nos vendrá muy bien y te lo presentaré diferente.
Se descompone tu computador y llamas a un técnico para que te lo repare.
El hombre llega y en 10 minutos cambia un tornillo y tu computador queda en perfecto estado.
Cuando te dan la factura son 100 usd y piensas: ¿Qué? Si solo cambió un tornillo y no tardó más de 10 minutos.
A regañadientes pagas la factura porque necesitas tu computador. Pero te has puesto a pensar en que si solo era un tornillo ¿por qué no lo cambiaste? Seguro me responderás “porque yo no sabía” ¡Bingo! Ahí está el valor del servicio. El técnico sí, esa es la diferencia. Para saberlo seguro estudió o tiene años de experiencia.
Pensar que algo es caro o barato solo tiene que ver con nuestro punto de vista, cada vez que decimos que algo es caro, solo estamos mostrando nuestra perspectiva de la vida e indudablemente también nos estamos declarando formalmente sumergidos en una energía de escasez y carencia.
La próxima vez que vivas una experiencia donde percibas que algo es caro, pregúntate: ¿Qué es lo valioso de esto que no estoy viendo? ¿Qué más es posible? ¿Qué posibilidades existen que no he considerado?
Salir de la escasez y carencia de pensamiento es posible si eliges entrenar a tu mente a tu favor para encontrar oportunidades en lugar de obstáculos y regalos en lugar de quejas. El aprecio por todo lo que nos rodea puede convertirse en el primer paso hacia una mente próspera.